El vapor para calentamiento normalmente se genera en la caldera. La presión de este vapor generado es usualmente establecida a la presión más alta requerida dentro de una instalación.

Sin embargo, el vapor generado por la caldera puede estar demasiado caliente para ciertas aplicaciones debido a su alta presión. En tales casos, se reduce la presión del vapor, ajustando su temperatura al nivel requerido. Esta reducción es la razón principal para el ajuste de presión: controlar la temperatura.

Para gestionar la presión dentro de los sistemas de vapor, se utiliza una válvula reductora de presión. Esta válvula se ajusta automáticamente para mantener la presión de vapor deseada, compensando las fluctuaciones en el flujo de vapor. En esencia, el mecanismo implica estrangular una parte del flujo para reducir la presión. Este es el método principal para regular la presión del vapor en aplicaciones de calentamiento.

El estrangulamiento en la válvula sirve para limitar el flujo de vapor. Al limitar el flujo, se equilibra el uso y suministro de vapor, ajustando la presión de la siguiente manera:

• Uso de vapor < suministro de vapor ⇒ presión aumenta
• Uso de vapor > suministro de vapor ⇒ presión disminuye
• Uso de vapor = suministro ⇒ la presión permanece estable

Este concepto es más fácil de entender si imagina un escenario en el que se utiliza una válvula de globo o una válvula de aguja para ajustar la presión. Si tiene una carga constante y un flujo de vapor estable, puede ajustar la apertura de estas válvulas a una posición semifija, lo que también reducirá efectivamente la presión.

Sin embargo, a medida que la cantidad de producto a calentar fluctúa, también lo hace la presión. Esto significa que será necesario ajustar la válvula para mantener la presión deseada. Una vez que la carga se estabiliza, un ajuste rápido puede mantener la presión nuevamente en el nivel deseado.

Si pudiera ajustar la válvula continuamente y reaccionar a los cambios de carga, podría mantener una presión estable. Esto es exactamente lo que hace automáticamente una válvula reductora de presión (PRV).

Aunque no es visible desde el exterior, dentro de la PRV, un diafragma (o mecanismo similar) funciona en conjunto con un resorte de ajuste para regular automáticamente su apertura. Esto permite que la PRV ajuste su apertura, desde completamente cerrada hasta completamente abierta, adaptándose a las diferentes condiciones de carga.

La "curva característica presión-flujo" utilizada para evaluar la estabilidad de la presión de una PRV indica cómo la presión secundaria está determinada por el equilibrio entre la demanda y el suministro.

Quizás se pregunte: cuando restringimos el flujo mediante la válvula, ¿la presión en el lado primario permanece sin cambios? El vapor se genera en una caldera."
Si la caldera produce más vapor del necesario, la presión del vapor inevitablemente aumentará.

Para contrarrestar esto, las calderas están equipadas con un sistema de control que responde a diversas mediciones del sistema. Esto le permite adaptar la cantidad de vapor producido a la demanda, asegurando que se mantenga la presión de vapor establecida. Dado que desde el principio sólo se suministra la cantidad de vapor necesaria, incluso si el flujo está limitado por la válvula, no se producen fluctuaciones drásticas en la presión en el lado primario."

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