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Control del vapor
Problemas con el control de la temperatura
Control de la temperatura en la vida diaria
Muchas oficinas, escuelas y hogares utilizan acondicionadores de aire para mantener un ambiente confortable en veranos calurosos e inviernos fríos. Para ahorrar energía y proteger el medioambiente, muchas empresas y gobiernos fomentan el uso de acondicionadores de aire a alta temperatura (p. ej., 28 °C) al refrigerar y a baja temperatura (p. ej., 20 °C) al calefaccionar. El acondicionador de aire es un ejemplo de electrodoméstico que utilizamos para controlar la temperatura. Otros artefactos comunes que controlan la temperatura son tinas de baño, hornos y cocinas.
En este artículo, examinaremos el control de la temperatura en el contexto de las aplicaciones de calefacción por vapor. El vapor se utiliza comúnmente como de calor en aplicaciones industriales. Algunos ejemplos típicos de control de temperatura que utilizan vapor son:
- Calefacción por vapor para crear aire caliente
- Calefacción por vapor para producir agua caliente
En dichas aplicaciones, la presión del vapor se regula para que el aire caliente o el agua caliente alcance la temperatura deseada. Puede parecer que controlar la temperatura del producto es la mejor manera de calentar productos a la temperatura deseada, pero, en realidad, no siempre es así.
La dificultad de medir la temperatura
Para controlar la temperatura de un producto, uno tiene que ser capaz de medir con precisión la temperatura de dicho producto. Sin embargo, esta puede ser una tarea sorprendentemente difícil. Se podrían medir diferentes temperaturas según donde se encuentre el sensor, o podría haber un desfase en la medición.
Otro problema es la dificultad de medir productos mientras se los está fabricando. Por ejemplo, en líneas donde las láminas de material se mueven constantemente, puede ser difícil entrar en contacto con el material directamente para medir su temperatura. La medición precisa de la temperatura es el primer paso hacia un control de temperatura preciso. Si no se mide la temperatura con precisión, es difícil controlarla con eficacia.
Pero incluso cuando pueda medir la temperatura de un producto con precisión, aun así puede tener problemas para controlar su temperatura si el termómetro demora en alcanzar la misma temperatura que el producto. Por ejemplo, si se aumenta la cantidad de vapor de suministro, la temperatura del producto puede aumentar gradualmente en vez de inmediatamente. Esto es especialmente cierto cuando hay una gran cantidad de producto por calentar. En ese caso, tiene que ser capaz de medir el cambio de temperatura rápido y con precisión para controlar la temperatura del producto de manera eficaz.
Por ejemplo, piense cuando cocina con una olla en una cocina a gas. Las áreas donde toca la llama serán las más calientes mientras que otras áreas pueden dejar la comida poco cocida. Si midiéramos la temperatura de la olla con un termómetro de cocina, mostraría una temperatura más alta en el centro, sobre la llama, en comparación con las otras áreas de la olla.
Además, al cocinar, usted puede utilizar el calor residual después de apagar la cocina para los toques finales. Sin embargo, controlar la temperatura es difícil, dado que tiende a haber un retraso después de cambiar la configuración.
Alternativas al control de la temperatura
Los problemas con el control de la temperatura ocurren independientemente de la fuente de calor, pero se pueden evitar y controlar cuando se utiliza vapor como fuente de calor. Esto se hace controlando la presión del vapor de suministro en vez de la temperatura del producto. Controlar la presión del vapor no siempre es posible, pero hay muchos procesos en los que se hace de manera eficaz.
En Control de la presión del vapor, examinamos en detalle cómo se puede controlar la temperatura de calefacción cambiando la presión del vapor saturado.